sábado, 16 de octubre de 2010

LOS RESTOS DEL NAUFRAGIO

Rescátenme porque soy un naufrago,

un montón de restos a la deriva.

Si ellos conocieran la historia de un hombre que naufragó en un mar de gente. Desesperado bebió gente de sal, y aquella gente le ocasionó sufrimiento. A veces veía pequeñas islas, todas remotas o imaginarias, desvaneciéndose en el horizonte.

Un día apareció otro naufrago en una balsa, a lo lejos. Los ojos del primer naufrago se anegaron en lágrimas. Entonces, metió sus manos entre el agua mundana, y empezó a remar sobre las cabezas de sal. Cuando llegó a la balsa donde el otro naufrago estaba, se encontró con un costal de huesos.

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