viernes, 26 de marzo de 2010

NOCHE ULTRATERRENA

Una tarde llena de arreboles nocturnos, de "nena te amo",
de águilas de chocolate, un hombre de frondoso cabello
que nada en un mar de mariposas azules huye de castillos
de niebla para refugiarse en el jardin de los amores perdidos.

Él ama, sueña, y en sus sueños dibuja piernas de colores,labios

femeninos con todos los sabores del mundo y recuerda a una mujer.
De ella se puede decir que todos los caminos conducen a su cuerpo,
como una fruta en almíbar. Él camina por infinitos campos de trigo,
bajo cielos vicentes, ella desde su ventana de piedra lo contempla
indiferente mientras serpentean molinetes en sus torres de arena.
Él le trae un poema y recita:

"Contigo he fraguado un castillo, mañana cuando amanezca y te

vea, te lo diré: que no pude dormir anoche pensando en vos.
Amaneció y fui y no estabas, a veces me pregunto si en realidad
existirás, si no serás un espejismo de mi mente loca, el quinto
sueño que me agobia. Todos los sueños son castillos de arena,
efímeros que se los lleva el viento. Tu, emoliente, luz de amanecer
natural, microcosmos líquido con fondo de agua, noche
ultraterrena iluminada de estrellas aquí estoy y aquí
me dejas ¿algún día me abrirás la puerta?"

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